El consumidor ha salido de compras, y el último grito ya no es el modelo de temporada para lucir en un evento social ni el gadget tecnológico que pondría los dientes largos a más de uno. No: la tendencia puntera ahora mismo se llama cripto-divisa, que abarca desde la criptomoneda por excelencia (Bitcoin) hasta cualquier tipo de activo sujeto a las reglas de la criptología y la tecnología blockchain. Invertir en ‘cripto’ no es de ‘raritos’: está a punto de convertirse en algo completamente mainstream.

Seis de cada diez (61%) norteamericanos considera seriamente comprar criptomonedas a lo largo de este año 2022, según ha hecho saber la plataforma especializada Voyager Digital, tras realizar su primera Encuesta de Confianza Criptográfica realizada entre más de 6.000 consumidores de EEUU. A este respaldo cada vez más mayoritario contribuye no solo que su aceptación es cada vez más generalizada, sino al consenso también cada vez más amplio en cuanto a su utilidad.

De hecho, el crecimiento del sector lleva a la atomización en la demanda. Hoy son más los estadounidenses que se decantarían por criptomonedas alternativas o altcoins que los que optarían por el “tradicional” Bitcoin. Destacan en ese sentido el empuje de Dogecoin y de la “moneda estable” USD Coin. No obstante, la diversificación es la apuesta principal de los consumidores ya que más de la mitad (60%) compran tanto Bitcoin como altcoins.

Según la encuesta, 2022 está destinado a ser un año destacado, con un dato revelador: entre los actuales propietarios de criptomonedas, tres cuartas partes (76%) creen que poseer criptomonedas es una forma de protegerse contra la inflación. El estudio también determina que la mayoría de los estadounidenses están de acuerdo en que la educación criptográfica es importante y debe comenzar en el aula, en la escuela secundaria o antes.