A lo largo de los últimos meses hemos podido constatar la dualidad que se da al hablar de Open Banking. Por un lado, todos los agentes del sector financiero (tanto bancario como no bancario), son conscientes de que no hay futuro sin “banca abierta”. Por otro lado, el principal obstáculo con el que chocan es un mercado todavía inmaduro y que no muestra síntomas de verdadera necesidad de redefinición de sus relaciones con sus proveedores.

  Y sin embargo, como dijo el sentenciado Galileo, “se mueve”. El mercado se mueve aunque sea a una velocidad más lenta de la que cabía esperar en un entorno de riesgos, regulaciones cambiantes y nuevas posibilidades de relación a raíz de las tensiones introducidas por la pandemia, su gestión y sus consecuencias. Una de las razones que explica ese movimiento, constante pero lento, es la falta de definición de cada a los consumidores de las verdaderas posibilidades que vienen de la mano del Open Banking.

  Pareciera que el mercado sobre el que impactan asumen sus nuevas posibilidades como una realidad sobrevenida que añade una capa extra a su experiencia, pero sin que quienes la disfrutan estén en disposición de reclamar funcionalidades adicionales en su relación con ahorros, depósitos, inversiones y gastos. Hace falta una “propuesta de valor” para el mercado: concretar en unos pocos puntos las opciones de las que puede disfrutar el consumidor, y que están tan a la vuelta de la esquina que son más presente que futuro.

  En nuestro post anterior hicimos un recorrido por el resumen ejecutivo del reciente informe sobre Open Banking publicado por la consultora PWC. El documento al completo presenta tanta información que hemos querido hacer un alto precisamente en ese punto: los usos reales de la banca abierta. Así que hemos tomado nota del análisis de la firma especializada y hemos optado por brindarlo a nuestros lectores en el formato que mejor traslada, de un solo vistazo, los items prinicipales: la infografía.

  Estos son, hoy por hoy, las cinco propuestas más lógicas para el uso potencial de la banca abierta.