¿Nos encaminamos hacia un entorno financiero sin bancos? La pregunta puede resultar impactante, pero no una formulación tan aventurada como pueda sugerir la idea. No se trata de que la relación entre clientes y proveedores se produzca sin intermediarios, sino de que probablemente estos intermediarios sufran una transformación tan profunda que el concepto clásico de “banca” quede completamente desnaturalizado en las próximas décadas.

Soplan vientos de cambio en todo el entramado financiero. Además del asalto de las fintech y de la incorporación de nuevos agentes en formato de competencia, colaboración o alianza estratégica con las grandes firmas bancarias, las posibilidades que se abren para ofrecer servicios financieros parecen cada vez más amplias. Hasta el punto de que ponen en un serio entredicho al concepto de entidad bancaria como inalterable interfaz entre los individuos y su capital.

Hasta ahora, hemos entendido el concepto “banco” como un centro de depósitos y préstamos, basado en la confianza mutua tanto para recuperar la totalidad de lo ahorrado como para soportar las obligaciones generadas. Pero en un contexto de aceleración del mercado, que paradójicamente (o no) corre paralelo al desarrollo y cada vez más cercana salida de una pandemia, el proceso puede volver inestables a los bancos como proveedores de toda la gama de servicios financieros que puede necesitar un cliente.

Un reciente y documentado estudio en la prestigiosa cabecera The Economist aborda a fondo el futuro de la banca. De su índice de contenidos hemos querido tomar nota del capítulo referido a Bancos vs Fintech: cómo las fintech se comerán el negocio de los bancos. Además de la muy recomendable lectura, hemos querido extractar algunos de los datos más representativos de estos nuevos players, para brindarlos en un formato cada vez más habitual en nuestra página: la infografía.

Apuntes con trazo muy detallado para tomar nota de cómo la influencia de las empresas financieras no bancarias está creciendo, lo que hace que los balances que utilizan los bancos para respaldar los préstamos sean menos valiosos. Junto a ello, los gigantes tecnológicos están utilizando el poder competitivo de sus plataformas para incorporarse al negocio principal de los bancos. “Es como si toda la industria estuviera en un apretón de pinzas que algún día podría acabar con ella”, señala el informe en este sentido.