Las empresas Big Tech hacen referencia a empresas tecnológicas cuyo modelo de negocio está centrado en la explotación de tecnologías digitales y de datos. Forman parte de la nueva economía digital y representan un nuevo reto para la banca. La tecnología es utilizada para mejorar la eficiencia, disminuir los costes de intermediación financiera e incentivar la innovación como factor de diferenciación.
Las Big Tech y Fintech, se sirven de tecnologías para ofrecer servicios financieros más eficaces; representando un desafío para el negocio bancario: son consideradas competidores directos de la banca. La diferencia entre las Bigtech y Fintech radica en que las primeras disponen de más capital, TICs de vanguardia, un reconocimiento mundial difícil de obviar, mayor presencia en internet, controlan más Big Data que cualquier banco y su cuota de mercado en ordenadores y móviles no tiene rival. En el actual ecosistema financiero, las compañías tecnológicas buscan abrirse un hueco en el negocio digital bien complementando a los bancos o adquiriéndolos. Las instituciones financieras más tradicionales, en muchas ocasiones, carecen de capacidad de desarrollar la tecnología a la escala necesaria por lo que firman acuerdos con los grandes operadores tecnológicos. Los bancos tienen que confiar en las BigTech para su implementación.
Los bancos digitales están ganando terreno. La relación entre las FinTech y los bancos ha evolucionado hacia escenarios donde compiten y cooperaan entre sí, y lo mismo está ocurrendo con las las BigTech, que también han establecido alianzas con los bancos para empezar a ofrecer sus métodos de pago (Google Pay, Apple Pay o Amazon Pay, entre otros) a los clientes.
Según el informe BigTech interdependencies–a key policy blind spotel del Banco de Pagos Internacionales (BIS), las entidades financieras confían en las soluciones proporcionadas por las BigTEch y empiezan a mostrar una cierta dependencia al utilizar algún tipo de nube pública o servicios de análisis de datos. Los cuatro principales proveedores de esta tecnología – Amazon, Microsoft, Google y Alibaba Cloud – controlan alrededor del 70 % del mercado mundial de la nube. Una mayor dependencia que, según el informe del BIS, acarrea riesgos adicionales. En concreto, los riesgos operativos de las entidades financieras pueden incrementar, así como sus vulnerabilidades sistémicas si las grandes tecnológicas experimentan problemas en su funcionamiento. En este sentido, señala García Rouco, “en GDS Modellica hacemos soluciones flexibles que posibilitan a las empresas financieras crear, gestionar y mejorar estrategias de manera más rápida, conveniente y personalizada, manteniendo el cumplimiento dentro de un entorno regulatorio muy estricto, además de ayudarles en la aceleración del ciclo comercial, adaptándolo tanto al otorgamiento de créditos como proporcionando propuestas de préstamos, siempre con la máxima seguridad, con decisiones ágiles tras el análisis de riesgos”.
La regulación, el cumplimiento y la gestión general del riesgo suponen una carga operacional significativa para los servicios financieros. La inexistencia de una regulación sobre la participación de las grandes empresas tecnológicas a la hora de ofrecer servicios financieros pone en riesgo la estabilidad financiera.
Por último, El Banco de España afirma que la irrupción de las ‘Bigtech’ plantea “desafíos prácticos”, obligando a evaluar “no solo la posible incidencia de su comportamiento, sino también cómo las acciones públicas resultantes, que podrían comprometer las metas de otras autoridades, y viceversa”. Así, señala, que la respuesta regulatoria está siendo “amplia y dispar”. En el caso de la Unión Europea, destaca el paquete de medidas de la Comisión para las Finanzas Digitales, que contempla una “ambiciosa reforma” del marco de control existente que “dé entrada a las necesidades de la era digital”. El objetivo último es que, la regulación y la supervisión sean una realidad antes de final de 2024, de ahí que se revise el perímetro actual y potencien las herramientas suptech o de supervisión tecnológica. Su libre actuación queda al margen del control de la política monetaria y de las herramientas de control de los estados, generando un gran debate sobre qué medidas aplicar y cómo regular a estos entes supranacionales.
El avance de las bigtech en las finanzas parece imparable debido a nuevas fórmulas para cubrir las necesidades financieras, y a su capacidad de atraer nuevos usuarios a su plataforma y de ofrecer actividades que complementen su actividad principal. La aparición de las BigTech conlleva innumerables beneficios en cuanto a incremento de la oferta, inclusión financiera o mejora de la eficiencia financiera, al proponer alternativas al cada vez más concentradas en el oligopolio del sector bancario.