Blockchain, blockchain, blockchain. De un tiempo a esta parte parece que todo sea blockchain. Hasta el punto de que hay quien asegura que será
la base de las cuatro futuras tecnologías que todo lo dominarán, y que se conocen por el acrónimo ABCD: Artificial (Inteligencia), Blockchain, Cloud y Data. Es decir, que tanto la IA como la nube y los datos correrán en todo caso sobre plataformas blockchain.
Sea cierto o no, el interés por esta tecnología es innegable. La
reciente encuesta de SlashData sobre el estado de los desarrolladores, a partir de respuestas obtenidas entre
más de 20.000 profesionales, repartidos en 166 países, no deja lugar a dudas: la mayoría de intereses de aprendizaje tienen que ver con aplicaciones blockchain, criptomonedas y NFTs o
tokens no fungibles (que precisamente tratamos en nuestro último post en esta página).
¿Pero qué es lo que hace tan especial y
sexy al blockchain? Entre otros aspectos, su capacidad para dotar a cualquier intercambio digital de valor las características de
confianza entre desconocidos,
inmutabilidad absoluta de los registros, y la práctica
inviolabilidad de la propia red.
Vale, eso se puede dar por casi sabido a estas alturas. ¿Pero eso por qué? Pues aquí es donde viene la “magia”, término que usamos como licencia literaria porque los expertos en la materia lo rechazan: no se trata de magia, afirman; es pura matemática. El “truco” para que blockchain reúna estas características lo encontramos en sus
procesos de validación, que al final confluyen en los “consensos”. Las pruebas que hacen que lo que viene validado por una red blockchain no pueda ser cuestionado.
El más antiguo y exitoso de esos consensos es el que cimenta la red blockchain más conocida: el Bitcoin. Se trata de la prueba de trabajo o
Proof of Work (PoW), que exige una gran cantidad de recursos de computación por parte de los nodos validadores o
mineros. Precisamente para evitar ese alto consumo han surgido alternativas como la prueba de validación o
Proof of Stake (PoS), cuya puesta de largo en la también conocida
Ethereum es inminente, que le valdrá a esta red ser rebautizada como
Ethereum 2.0.
Desde Modellica hemos querido recoger cinco de los consensos más importantes en blockchain, incluidos PoW y PoS, para mostrárselos a nuestros lectores en
formato de infografía.
Por esto es por lo que
blockchain es blockchain.